Traveling Medicine Show
Se denomina “combustión humana espontánea” a la supuesta ignición del cuerpo de un individuo vivo, y en mucha menor medida recién muerto, que arda del interior al exterior (aunque esto último se pasa por alto en muchas ocasiones con la intención de aumentar las listas de las supuestas víctimas históricas de “combustión humana espontánea”. Este “fenómeno” se produciría sin ninguna causa aparente o fácilmente identificable, y en este punto como veremos, se esconde una de las trampas del concepto.
A estas alturas, creo que ha quedado claro que las víctimas siempre están solas, y esto, naturalmente hace que nadie haya contemplado una “combustión espontánea humana” jamás. ¿En 500 años? Un poco raro, ¿no?.
Mostraré ocho puntos comunes a los casos que se tienen más o menos registrados, y con datos también más o menos fiables, excluyendo, naturalmente, los elementos puramente legendarios:
- 1. La víctima siempre está sola, permaneciendo así días enteros, en muchas ocasiones, el cuerpo se descubre al día siguiente. Nunca hay testigos, nadie se da cuenta de lo que está ocurriendo ni presencia los hechos.
- 2. La combustión es muy localizada, se quema el cuerpo y los objetos que están más cerca. Esto incluye la ropa, que por lo general queda totalmente volatilizada (en contra de lo que suele afirmar la mitología), el mobiliario que está en contacto con el cuerpo, enseres próximos, el suelo de la habitación donde yace, si este es combustible. Más allá de estos elementos, los objetos situados fuera de este radio, quedan practicamente intactos.
- 3. Parece que es un “fenómeno” indoor, ya que el suceso se produce dentro de lugares cerrados y que estén bajo techo, casi siempre en el dormitorio de la víctima.
- 4. Las quemaduras son más severas que las que suele causar un fuego "normal". En un incendio convencional, el cuerpo casi siempre resulta carbonizado, pero queda más o menos completo. Además, las quemaduras por supuesta "combustión espontánea humana" no se distribuyen uniformemente en el cuerpo: el torso y los muslos por lo general son los más afectados, quedando en muchas ocasiones destruidos casi por completo y reducidos a cenizas (incluyendo los huesos), pero las extremidades quedan bastante intactas (un pie, un brazo, a veces el cráneo).
- 5. Las víctimas en sí muestran algunas características interesantes: se ha estimado (¿nos gustaría con qué criterio se ha estimado tal cosa?) que el 80 % son mujeres; muchas son obesas o con sobrepeso, una gran proporción de ellas son alcohólicas o han estado bebiendo antes del accidente, es frecuente que sean de edad avanzada, otras presentan enfermedades crónicas. En general, puede decirse que siempre presentan alguna seria desventaja física que los coloca en gran riesgo de morir (de la supuesta combustión o de cualquier otra cosa).
- 6. Siempre existe una fuente externa de ignición en la habitación y cerca de la víctima. Muchas de las víctimas son fumadoras, y fumadoras de hábitos desordenados (como el anciano John Bentley, cuyo guardarropa estaba lleno de quemaduras de las cenizas de su pipa).
- 7. Los objetos que se encuentran por encima, o a más o menos un metro del suelo, muestran signos de daño por calor (por ejemplo, las tapas plásticas de los interruptores eléctricos, que se funden); los objetos por debajo de esa línea, no muestran daños.
- 8. El piso alrededor del cuerpo está casi siempre cubierto por una capa de sustancia grasienta, amarilla y maloliente; restos de dicha sustancia, o de "un hollín grasiento", pueden encontrarse también en el techo y en las paredes.
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| https://commons.wikimedia.org/wiki/File:BR_%26_Starchild_skull.jpg |
La mitología afirma que la víctima estalla en llamas bruscamente y que es consumida en un lapso de tiempo muy corto, aunque eso del tiempo muy corto, no especifica qué tiempo, pueden ser segundos, minutos o horas. Pero, ¿cómo se puede afirmar esto si nunca hay testigos? Sin duda, los divulgadores consideran que el hecho de que la víctima no tenga la oportunidad de solicitar ayuda es una prueba de esto, pero no lo es. Si la víctima se encuentra alcoholizada, o inconsciente por cualquier otra causa (Mary Reeser había ingerido dos cápsulas de secobarbital), o incluso muerta en el momento en que se inicia el fuego, es improbable que pueda pedir auxilio de modo efectivo. Pero de otra forma, si es capaz de solicitar ayuda y esta llega a tiempo, y se descubre que ha estado fumando en la cama (por ejemplo), o manipulando una estufa de gas, ya no hablaríamos de “combustión espontánea humana”.
Debemos recordar que la víctima por lo general ha permanecido sola durante horas, por lo que el fuego puede haber estado actuando por un lapso de tiempo considerable. De hecho, es mucho más compatible con la completa destrucción de las partes óseas una incineración que actúa a temperaturas relativamente bajas durante horas que uno que se presenta en forma de "bola de fuego" y que fulmina a la víctima.
La leyenda de la “combustión espontánea humana” está construida en base exageraciones y omisiones de varios tipos:
Se omite la mención de las discapacidades de la víctima, del tiempo que ha permanecido sola y la presencia de una fuente de ignición; se exagera la velocidad con que el fuego la ha consumido, y se inventan algunos detalles adicionales y fantasiosos, como el tan manido de que "yacía dentro de sus ropas intactas". Si alguien piensa en realidad que las ropas de la víctima no se queman con ella, solo tiene que echarle un vistazo a las fotografías que se pueden encontrar en Internet, y se convencerá de lo contrario.
La mente humana ha sido fértil para encontrarle explicaciones inverosímiles a un fenómeno que es a todas luces inexistente, aunque los menos radicales que yo, dirán que no ha sido comprobado. Las primeras explicaciones eran de carácter eminentemente religioso. Y este es un punto que como ya he comentado en esta serie, es fundamental para entender las intenciones que subyacen en la difusión de este fenómeno.
Se creyó que el afectado había sufrido alguna clase de castigo divino, lo que resultaba bastante convincente en el siglo XVII. Posteriormente se pensó que la causa era la excesiva ingesta de bebidas alcohólicas, una hipótesis totalmente absurda pero que retuvo su popularidad durante bastante tiempo. Es indudable que el alcohol juega un papel determinante en los accidentes, estos y muchos otros de distinta naturaleza, pero no por algún imaginario incremento de la combustibilidad del cuerpo: sencillamente, por la embriaguez.
Ya en el siglo XX, las "hipótesis" se han agolpado en las librerías, "fantasmas de fuego" (fenómenos poltergeist incendiarios), las "personas eléctricas" (individuos capaces de generar mucha electricidad estática, y que producirían chispazos que eventualmente incendiarían materiales combustibles), cortocircuitos de los campos eléctricos del organismo, la actividad energética geomagnética, alguna combinación química explosiva en el tubo digestivo, los llamados "rayos de bola". También la ansiedad y el estress, en combinación con procesos metabólicos anormales. Larry E. Arnold, que escribió un libro sobre el tema, postuló una nueva partícula subatómica, el pyrotrón. Evidentemente, este señor no es físico ni ha publicado nada en ningún medio especializado.
La teoría de que ciertos tipos de dieta puede producir una combinación explosiva de químicos en el tubo digestivo fue propuesta por Jenny Randles, y ¿explicaría?, entre otras cosas, porque no existen casos de combustión espontánea en animales ni en sociedades no descendientes de europeos. Es curioso que no se conozcan casos de "Combustión Bovina Espontánea", ni de "Combustión Canina Espontánea", pero si pensamos en las explicaciones de carácter religioso, es bastante obvio cual es el sentido moralizador del mito.
Hay quien ha postulado la existencia de una "Combustión Preternatural", especie de condición misteriosa que hace que ciertas personas sean capaces de estallar en llamas si se encuentran en determinadas condiciones y se exponen a una chispa.
En este caso, la combustión humana deja de ser espontánea, pues existe una fuente externa de calor, pero sigue siendo igual de indescifrable. Demás está decir que nadie ha sido capaz de probar que tal "combustibilidad preternatural" exista, ni dar alguna explicación de los extraños mecanismos que pudieran producirla, ni describir bajo que condiciones debería actuar. Por lo demás, el término "preternatural" implica que "se halla fuera del ser y estado natural de una cosa".
El mito de la Combustión Humana Espontánea demuestra el sencillo mecanismo por el que se crean muchas de las fábulas paranormales: suprimir algunas informaciones, falsear, exagerar o interpretar sesgadamente otras. Y todo con la finalidad de crear la impresión de una falsa realidad que ponga en entredicho las bases ciencia, que con su rigidez y su cerrazón, parece empeñada en negar cualquier maravilla como la existencia de los pitufos o la inmortalidad del Coyote frente al Correcaminos.
Escucha el podcast de Radiografia de la conspiranoia. Temporada 1, capítulo 12. Los gatitos criados como bonsáis, para uso y disfrute de los más crédulos:
Este es un podcast de Cesc Fortuny i Fabré, de divulgación académica y científica sobre las teorías de la conspiración, así como sectas, estafas y pseudociencias. También brinda información sobre ingeniería social, y como protegerse de ella.
Este capítulo trata sobre el engaño de los Bonsai Kitten, una supuesta empresa que decía comercializar gatitos metidos en botes, para que crecieran adoptando la forma del recipiente. También de como muchas personas se creyeron el embuste, se indignaron y protestaron, hasta conseguir que el FBI tomara cartas en el asunto.. De la serie Estafas, bulos, FakeNews ...
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