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| Carta astral |
"El término astrología proviene del griego ostrón (astro) y logos (discurso). Hay que entender pues la palabra Astrología como “el discurso sobre las estrellas”. Un compendio de cálculos sobre posiciones de cuerpos celestes, que se centra sobre todo y principalmente en el Sol, pues al menos en Europa el modelo es claramente heliocéntrico, y por supuesto, tiene en gran consideración a la luna y a los planetas del sistema solar, y da un menor protagonismo (sin dejar de ser importantes) a las estrellas y galaxias.
Pretende pues explicar y predecir el curso de los acontecimientos de la vida humana, observando los movimientos de los planetas, estableciendo una relación causa/efecto entre algunos fenómenos de la bóveda celestial y ciertos comportamientos humanos, ya sean estos colectivos o individuales, pues la astrología afirma en definitiva, que los cuerpos celestes afectan al desarrollo de los incidentes o que al menos tienen una relación con ellos y con el futuro de la humanidad o de los individuos que la componen”.
Incluso los más educados y conscientes del proceso de formación decreencias se aferran firmemente a sus creencias y actúan sobre ellas, incluso en contra de sus propios intereses.
El libro de Anna Rowley, Terapia de liderazgo dice:
"Quieres que cambien tus creencias. Es una prueba de que mantienes los ojos abiertos, vives plenamente y aceptas todo lo que el mundo y las personas que te rodean pueden enseñarte".
Esto significa que las creencias de las personas deben evolucionar a medida que adquieren nuevas experiencias.
Pero volvamos a la definición de astrología como prólogo para entender de donde vienen este conjunto de creencias, y la razón de que en forma de práctica, hayan perdurado hasta hoy, gozando de crédito entre algunas personas.
La astrología como decía, es un conjunto de creencias y prácticas basadas en la interpretación simbólica de las supuestas correspondencias entre las configuraciones celestes, es decir la posición y el movimiento de los planetas en el sistema solar, y los asuntos humanos, colectivos o individuales.
Además de lo que podemos considerar astrología europea y sus derivados, que se conoce ampliamente como occidental, en la actualidad se practican otras formas de astrología en todo el mundo. Por ejemplo en China, la astrología se conoce desde el año 2000 a.e.c. en la India hubo influencias de la antigua astrología mesopotámica cuando fue invadida alrededor del 1500 a.e.c. y también de la astrología helénica, recordemos que el reino indiogriego fue entre el 180 a.e.c. y cerca del 10 d.e.c. gobernado por una sucesión de más de treinta reyes helenísticos.
Los aztecas usaron una astrología con 20 signos. Un sacerdote español, que acompañó la toma de Hernán Cortés, codificó la astrología azteca. La astrología inglesa del siglo XIX estuvo fuertemente influenciada por la Teosofía, tal como la practicaba Alice Bailey. Alan Leo y Charles Carter son dos de sus exponentes, y de esa línea surgió la Facultad de Astrología de Londres. Después de los estudios de astrología y alquimia de Carl Gustav Jung, la "astrología psicológica" tomó forma principalmente sobre bases junguianas, aunque existe una "astrología transpersonal" basada en el trabajo de Roberto Assagioli. Más recientemente, ha habido un renacimiento de la "astrología clásica", con una gran cantidad de obras de la antigüedad y el Renacimiento que se han traducido al inglés desde originales árabes, griegos y latinos. Pero es destacable que los diferentes sistemas astrológicos difieran mucho sino totalmente en cuanto a simbología o metodología y que un mismo individuo pueda manifestar habilidades y/o características diametralmente opuestas según diferentes modelos astrológicos.
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Con la llegada de Copérnico, esto es, cuando se produjo la llamada revolución copernicana, y por ende la revolución científica se produjo un distanciamiento progresivo de la astrología de las enseñanzas estrictamente científicas, que culminó cuando el ministro Colbert en Francia prohibió la enseñanza de la disciplina en la Académie des Sciences. En 1682 también se prohibieron los almanaques astrológicos. La revolución astronómica por otro lado, combinada con exploraciones geográficas en el hemisferio sur, hizo posible ampliar el conocimiento del cielo estrellado, lo que llevó al descubrimiento de nuevas constelaciones por, entre otros, TychoBrahe, Johann Bayer, Johannes Hevelius, John Flamsteed y dos nuevos planetas (Urano y Neptuno).
Durante la Ilustración, la simpatía intelectual por la astrología se desvaneció, dejando sólo un seguimiento popular apoyado por almanaques baratos. Un compilador de almanaques inglés, Richard Saunders, siguió el espíritu de la época al imprimir un discurso burlón sobre la invalidez de la astrología, mientras que en Francia el Dictionnaire de Pierre Bayle de 1697 afirmó que el tema era pueril.
La astrología resurgió en el siglo XIX, junto al espiritismo y como parte del corpus de creencias de la teosofía de la Nueva Era, y a través de la influencia de los medios de comunicación como los horóscopos de los periódicos. A principios del siglo XX, el psiquiatra Carl Jung desarrolló algunos conceptos relacionados con la astrología, la alquimia y el tarot, que llevaron al desarrollo de la astrología psicológica como ya he comentado.
La comunidad científica rechaza la astrología por no poder explicar el universo y la considera una pseudociencia. Se han realizado ensayos y pruebas científicas sobre la astrología y no se ha encontrado evidencia que respalde ninguno de las premisas o los efectos supuestos descritos en las tradiciones astrológicas. No hay ningún mecanismo de acción propuesto por el cual las posiciones y movimientos de las estrellas y los planetas pudieran afectar a las personas y los eventos en la Tierra que no contradiga aspectos básicos y bien entendidos de la biología y la física.
La astrología no ha demostrado su eficacia en estudios controlados y no tiene validez científica. Donde ha hecho predicciones falsables bajo condiciones controladas, ha fracasado estrepitosamente. Un famoso experimento llamado “El experimento de Carlson” incluyó a 28 astrólogos a los que se pidió que relacionaran más de cien cartas astrales. El protocolo experimental doble ciego utilizado en este estudio fue acordado por un grupo de físicos y un grupo de astrólogos nominados por el Consejo Nacional para la Investigación Geocósmica, quienes asesoraron a los experimentadores y ayudaron a asegurar que la prueba fuera justa. El estudio, publicado en Nature en 1985, reveló que las predicciones basadas en la astrología natal o carta astral, no eran mejores que el azar, y que las pruebas refutaban claramente la eficacia de la astrología.
Probar la validez de la astrología puede ser difícil, porque no hay consenso entre los astrólogos sobre qué es la astrología o qué puede predecir. A la mayoría de los astrólogos profesionales se les paga para predecir el futuro o describir la personalidad y la vida de una persona, pero la mayoría de los horóscopos solo hacen declaraciones vagas e imposibles de comprobar que pueden aplicarse a casi cualquier individuo. Por otro lado, muchos astrólogos afirman que la astrología es científica, y proponen agentes causales como el electromagnetismo y la gravedad. Los científicos rechazan estos mecanismos como inverosímiles ya que, por ejemplo, el campo magnético, cuando se mide desde la Tierra, de un planeta grande pero distante como Júpiter es mucho más pequeño que el producido por los electrodomésticos comunes.
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Pero no es ya que las diferentes pruebas a las que se ha sometido la astrología para demostrar algún tipo de validez hayan dado un resultado desfavorable a ratificar su eficacia, es que las propuestas que hace la astrología se enfrentan a una serie de obstáculos por falta de coherencia, falta de capacidad para predecir planetas perdidos, falta de cualquier conexión del zodiaco con las constelaciones y la falta de cualquier mecanismo plausible. En definitiva, los fundamentos de la astrología tienden a estar en desacuerdo con numerosos hechos básicos de las disciplinas científicas.
Un ejemplo claro de todo esto, es que los astrólogos no pudieron predecir la existencia de Neptuno basándose en los errores en los horóscopos causados por no haberlos tenido en cuenta, es decir, la astrología afirma que debe tenerse en cuenta la posición de todos los planetas. En cambio, Neptuno fue predicho usando la ley degravitación universal de Newton. El injerto de Urano, Neptuno y Plutón en el discurso de la astrología se realizó de forma ad hoc, en otras palabras, que si no se hubieran descubierto, la astrología podía haber estado otros mil años sin echarlos en falta.
Escucha el podcast de Radiografia de la conspiranoia. Temporada 1, capítulo 12. Qué son placebo y nocebo:
Este es un podcast de Cesc Fortuny i Fabré, de divulgación académica y científica sobre las teorías de la conspiración, así como sectas, estafas y pseudociencias. También brinda información sobre ingeniería social, y como protegerse de ella.
Este capítulo trata sobre la diferenia entre adivinación y predicción. Pertenece a la serie dedicada a las Pseudociencas.
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