 |
| Lorenzo Damiano |
Existe un consenso científico abrumador sobre que las vacunas son normalmente seguras y eficaces. La negativa ante la vacunación provoca brotes epidémicos y muertes por enfermedades que se pueden prevenir. Por ello, la Organización Mundial de la Salud califica la indecisión ante la vacunación como una de las diez amenazas principales para la salud mundial.
El movimiento antivacunación es una manifestación del antiintelectualismo, y de la pseudociencia. La corriente antiintelectual, y dentro de ella, la anticiencia, es muy antigua, y está relacionada con ciertos sectores de la religión organizada, grupos políticos reaccionarios al progreso, e incluso, no pocas veces, emporios económicos, cuando los hallazgos o teorías científicas han comprometido sus agendas o intereses.
En 2003, los imanes del norte de Nigeria aconsejaron a sus seguidores que no vacunaran a sus hijos contra la poliomielitis. El boicot hizo que aumentara el número de casos de poliomielitis no solo en Nigeria sino también en los países vecinos. Nigeria reportó más de veinte mil casos de sarampión y casi seiscientas muertes por esa enfermedad desde enero hasta marzo de 2005. En 2006, Nigeria representó más de la mitad de todos los nuevos casos de poliomielitis en todo el mundo. Los brotes continuaron a partir de entonces; por ejemplo, al menos 200 niños murieron en un brote de sarampión a fines de 2007 en el estado de Borno.
En 2013, nueve trabajadores de la salud que administraban la vacuna contra la poliomielitis fueron atacados y asesinados por hombres armados en motocicletas en Kano, pero este fue un incidente aislado.
En la década de 2000, en Pakistán y Afganistán, algunos talibanes se opusieron publicamente a la vacunación, diciendo que era un complot estadounidense para esterilizar a los musulmanes y secuestraron, golpearon y asesinaron a sanitarios encargados de la vacunación; el jefe de la campaña de vacunación de Pakistán en la Agencia Bajaur fue asesinado en 2007, cuando regresaba de una reunión con un líder religioso.
En 2011, un espía de la CIA creó una falsa campaña de vacunación contra la hepatitis, como herramienta para buscar a Osama bin Laden. Esto fue condenado y denunciado por diversas ONG internacionales. Como resultado, el médico fue encarcelado y la CIA se vió obligada a comprometerse a no volver a utilizar la vacunación como tapadera.
En 2015, los líderes de la secta "La Nación del Islam" se pronunciaron en contra de un proyecto de ley de California que eliminaba las exenciones filosóficas y religiosas en los programas de vacunación obligatoria escolar, alegando un vínculo entre las vacuna y el autismo.
Según una encuesta de marzo de 2021 realizada por The Associated Press/NORC, la antivacunación en EEUU, está más extendida entre los evangélicos blancos que entre la mayoría de los otros colectivos estadounidenses. El 40% de los protestantes evangélicos blancos afirmaron que no era probable que se vacunaran contra la COVID-19.
En todos los estados de EEUU, excepto Mississippi, California, Virginia Occidental, Maine y Nueva York permiten a los padres eximir a sus hijos de las vacunas requeridas por motivos religiosos. La cantidad de exenciones religiosas aumentó considerablemente a fines de la década de 1990 y principios de la de 2000; por ejemplo, en Massachusetts, la tasa de quienes solicitan exenciones aumentó del 0,24 por ciento en 1996 al 0,60 por ciento en 2006. Algunos padres alegan creencias religiosas para obtener exenciones, aunque no profesen esas creencias.
 |
| https://commons.wikimedia.org/wiki/File:S65-19600.jpg |
La Asociación Médica Estadounidense se opone a tales exenciones, diciendo que ponen en peligro la salud no solo de la persona no vacunada sino también de los vecinos y la comunidad en general.
El 1 de enero de 2016, Australia introdujo una legislación que restringía las opciones en cuanto a servicios de cuidado infantil y en cuanto a beneficios de bienestar social, si los padres se niegan a vacunar a sus hijos.
La Organización Mundial de la Salud declaró la viruela oficialmente erradicada en 1980. Dos siglos después de inventarse la vacunación, el mundo se había librado de una enfermedad que había matado a millones de personas a lo largo de su historia y dejado incontables secuelas.
Aún así, muchas personas se siguen oponiendo a la vacunación porque tienen miedo de sus efectos adversos, y otras por motivos religiosos: consideran que la vacuna es anticristiana porque proviene de un animal (en sus orígenes así era), o porque infringe la prohibición bíblica de inocularse sustancia alguna, o incluso porque está relacionada con la idea de inocularse en sangre una sustancia ajena al organismo, relacionando esto último en un ejercicio malabarístico teológico, con la idea de que la sangre es corrupta, tal y como expresa Corintios 15:50.
Otras, piensan que la vacunación obligatoria está violando su libertad para elegir tratamientos médicos, o su libertad individual de decidir qué hacer con su cuerpo. Algo que han alimentado los diferentes líderes religiosos en distintos momentos de la historia.
A pesar del innegable éxito de la vacunación, estos miedos persisten. A mediados de la década de 1970 estalló una controversia internacional sobre la seguridad de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina. Todo a raíz de un informe que afirmaba que 36 niños habrían tenido secuelas neurológicas tras su administración. A raíz de esto, en el Reino Unido, un comité independiente de expertos lanzó el Estudio Nacional de Encefalopatía Infantil, demostrando que el riesgo era prácticamente inexistente. Sin embargo, esta controversia provocó la disminución de las tasas de vacunación y se produjeron tres grandes epidemias de tos ferina durante ese tiempo.
En 1988, la 41ª Asamblea Mundial de la Salud, adoptó una resolución sobre la erradicación mundial de la poliomielitis. Desde entonces, los casos de esta enfermedad han disminuido en más de un 99 %. En 1988 se calculaba que había 350 000 casos en más de 125 países endémicos, en comparación con los 22 notificados en 2017, y su erradicación en el continente africano en el año 2020.
Aún así, la poliomelitis continúa siendo endémica en Afganistán y Pakistán, donde existen grupos terroristas ligados al integrismo religioso que asesinan a trabajadores sanitarios relacionados con la vacunación. En los últimos años ha habido más muertes de trabajadores encargados de vacunar a la población que defunciones por la propia enfermedad.
Las vacunas y los antibióticos, representan una de las grandes conquistas del ser humano en sanidad pública, y una de las mayores conquistas de la humanidad sobre la naturaleza.
No cabe duda que gracias a ellas, hemos incremento la esperanza de vida, y, sobre todo, reducido la mortalidad infantil.
Escucha el podcast Radiografia de la conspiranoia Temporada 2, capítulo 12. Casos de muerte por antivacunación:
Este es un podcast de Cesc Fortuny i Fabré, de divulgación académica y científica sobre las teorías de la conspiración, así como sectas, estafas y pseudociencias. También brinda información sobre ingeniería social, y como protegerse de ella.
Este capítulo trata sobre Lorenzo Damiano, Johann Biacsics, Max Dulumunmun Harrison, y Frederic Sinistra, víctimas de la COVID-19, que han muerto por negarse a vacunarse. De la serie Estafas, bulos ...
Voz para la presentación y la despedida: Marian Raméntol
Locución: Cesc Fortuny i Fabré
Música de la presentación y la despedida: "Tenencia ilícita de almas" K4RK4554
Música del podcast: "El meu nom fondejat als llavis de l'infern" O.D.I.
http://radiografiadelaconspiranoia.blogspot.com
https://www.facebook.com/R.Conspiranoia
RSS: https://www.ivoox.com/radiografia-conspiranoia_fg_f11186055_filtro_1.xml
Spotify: https://open.spotify.com/show/5XDO8JgZpfUmuU5KoqWAZP
-----------podcast-------------
Links del podcast:
Lorenzo Damiano: de no querer vacunarse a pedir perdón al Papa
Muere por covid Johann Biacsics, el líder antivacunas que intentó curarse con cloro
Max (Dulumunmun) Harrison
Muere a los 41 años Frederic Sinistra, campeón de kickboxing y conocido antivacunas
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada
Escribe con una correcta ortografía, gramática/sintaxis, y puntuación. Si quieres difundir tus creencias, tienes otros espacios para hacerlo. Los insultos y las descalificaciones no se publicarán. Será bienvenido cualquier comentario que sin ser offtopic, sea respetuoso y aporte algo positivo, o corrija algún error que pueda haber cometido, pero siempre dando referencias a revistas especializadas. Para más información visita la sección AVISO! Del menú principal.